Barrio Italia, Santiago, específicamente el Café Palermo, reúne a cientos de personas en busca de un buen lugar para tomar un café y conversar en un lugar amigable. Es en ese lugar que Javier Silvera (Uruguay) – con vasta trayectoria en la industria de la música, director de sellos, cantautor etc, con una bitácora donde podemos encontrar trabajos con Illapu, Los Tres, Francisca Valenzuela, María Colores, Inti Illimani, Américo, Noche de Brujas, Villa Cariño, Guachupé entre tantos otros- se reúne con Benito Urra ( Chile) Psicólogo Deportivo con destacado recorrido en el mundo del deporte de Alto Rendimiento, con experiencia en las distintas federaciones del comité olímpico, y en el club de fútbol Palestino durante diez años, junto a su labor docente en la USACH.
Se juntan con un café, para desarrollar una amena conversación en donde la experiencia tanto de Javier en el mundo musical, como Benito en el universo deportivo convergen en una sola gran temática: El desempeño bajo presión.
Benito y Javier hicieron sinergia y fundaron ‘Creenvivo’. Consiste en un plan de intervención psicológica para un mejor rendimiento ante el público y audiencias. Lo interesante de este proyecto es que no aplica sólo a deportistas de alto rendimiento o artistas, si no que cualquier persona que necesita preparar una aparición en público y que se quiera nutrir de herramientas para sacar adelante la tarea sin sobresaltos puede tomar el plan. Temática intensa, en donde ambos profesionales cuentan su experiencia y el comienzo de la historia de este programa.
Este es el contenido de esta interesante autoentrevista entre ambos profesionales que publicaremos en cuatro partes.
Parte 1.
La presión ambiental.
Benito cuentanos: ¿Cómo se define la presión de la psicología y cómo afecta el rendimiento?
La presión se entiende como una percepción, real o imaginada, que sienten las personas o grupos respecto a su desempeño en determinadas situaciones. El hecho que sea una percepción implica que no a todas las personas los mismos eventos les generan la misma precisión. Así, habilidades que en algún momento dominamos sin problemas, pueden tornarse como conflictivas de resolver en función de ciertas características ambientales que afectan la vivencia de la misma y, por ende, pueden limitar el propio desempeño y rendimiento en la tarea involucrada.
Las consecuencias pueden estar ligadas tanto a la interferencia sobre el mismo desempeño (afectando, por ejemplo, la coordinación psicomotriz) como el estado personal con el que se ejecuta la acción (por ejemplo, estados de bloqueo y ansiedad). Por lo general, además, experimentar y notar estos efectos tienden a perjudicar aún más el desempeño generando un círculo vicioso del cual suele resultar complejo salir.
¿Qué situaciones o eventos desencadenan la presión?
La presión generalmente va asociada a una serie de situaciones, que afectan en la intensidad de la misma.Uno mismo incluso puede gatillarla. Pero, sobre todo, es nuestra propia acción en conjunto, la que genera efectos limitantes y mayor perjuicio en el desempeño requerido. Estas características tienen relación con la incertidumbre. Mientras menos información manejemos sobre el evento, mayor probabilidad de experimentar estrés tenemos, dada la carencia de elementos que nos permiten predecir y controlar el contexto. También está la novedad. Mientras más novedoso sea un evento, mayor es la percepción de estrés al no existir referentes concretos que permitan sentir mayor control sobre la situación. Obviamente a mayor percepción de dificultad mayor estrés, pues suelen producirse dudas recurrentes acerca de las propias capacidades para ser exitoso al momento de rendir.
Y por último, la importancia percibida. Mientras más importancia (real o imaginada) tenga la situación, mayor posibilidad existe de sentir presión, pues suele haber mayor compromiso del yo y el autoconcepto personal en la labor ejecutada.
Tú trabajaste en múltiples disciplinas deportivas y me imagino que la presión era fuerte, tanto por el significado de cada resultado, como por la repercusión mediática ¿Qué se puede hacer frente a la presión?
Si bien no existen fórmulas generales y comunes para manejar la presión pues, como se señaló anteriormente, muchas veces obedece a fenómenos subjetivos, se entiende el trabajo sobre la presión como una habilidad del individuo. El hecho que sea entendida como una habilidad implica que puede adquirirse y entrenarse constantemente.
En ese contexto, el trabajo apunta a la detección y/o generación de estrategias de manejo de la presión. Esto implica conocer cuándo y cómo surge la presión, cómo se experimenta y saber qué se hace de tal forma de ayudar a la persona a desarrollar estrategias que le permitan GESTIONAR la situación. Se hace hincapié en la palabra gestión porque implica reconocer la existencia de la situación y, por ende, la imposibilidad de negar su existencia o huir de la misma. Así, la persona debe generar patrones de respuesta que permitan, por una parte, manejar las características del evento que la hacen estresante y, por otra, hacer funcionales (es decir, facilitadores del rendimiento) aquellos elementos que anteriormente resultaban limitantes.